Las festividades que celebran los cambios en la Madre Tierra proceden de distintas culturas y de distintos momentos en la historia de la humanidad. 

En mi caso, llegaron a mí a través de la cultura celta, con la que siempre sentí un vínculo muy especial y me han enseñado a recordar de dónde vengo y a qué pertenezco. Somos una micro representación de la Madre Tierra y su ciclo es también el nuestro. 

Mabon indica el inicio del otoño y con ello, el comienzo de una temporada de desaceleración, de calma y de introspección. 

Nunca me gustó el otoño porque no quería mirar hacia dentro. No lo sabía entonces, pero al descubrir su significado más espiritual supe que era por eso, porque ir hacia mí quería decir encontrarme con mis sombras, con mis miedos, con mis frustraciones y con lo que no me gustaba de mí. 

Con los años y con la valentía de mirar cada vez más hacia mi interior, descubrí que es mi época favorita y que cada vez la espero con más ganas porque no hay nada más sanador que visitarte y conocerte cada vez más. 

Además, es el momento de soltar todo lo que ya no sirve, todo lo que ya no es, todos los apegos y liberarte para comenzar un nuevo año en Samhain.