Nosotras, las Diosas
Tomo el tema de las Diosas de la mitología clásica tratado por Jean Shinoda Bolen en su libro “Las diosas de cada mujer” (Kairós, 1994) y por Inma Fernández en su curso “Las diosas de cada mujer” (2017) (Próxima edición 9 de junio de 2018) y os ofrezco unas pinceladas para que os observéis, os reconozcáis y os entendáis un poquito más como mujeres.
Las Diosas de la mitología clásica pueden tomarse como arquetipos de las mujeres: de sus formas de ser, actuar, relacionarse,… en fin, de vivir. Citando a Shinoda Bolen (1994:24)
“cada mujer posee dones otorgados por la diosa, que ha de aceptar con agradecimiento y sobre los que tiene que aprender. Cada mujer tiene también riesgos otorgados por la diosa, que debe reconocer y superar para cambiar”.
Shinoda Bolen
Los mitos se han utilizado en los últimos tiempos como herramientas de comprensión interna, como instrumentos para describir la psicología humana.
C. G. Jung consideraba los arquetipos como pautas de comportamiento instintivo comprendidas en un inconsciente colectivo, un todo universal, en el que los comportamientos son los mismos en todas partes y en todas las personas y las diosas funcionan como arquetipos para las mujeres, representando modelos de ser y de hacer que reconocemos a partir del inconsciente colectivo.
Ellas pueden ser como un mapa explicativo para nosotras, para entendernos y ver que no hay nada extraño en nuestra forma de ser o de actuar, sino que es la sociedad que quizás no ha reconocido o no está preparada para algunos arquetipos de mujeres.
En este y en los próximos posts os hablaré de las Diosas y de sus características para que así busquéis en ellas vuestro espejo y os ilumine su reflejo.
Las diosas son patrones o representaciones de cómo son las mujeres, con más poder y diversidad de comportamientos de lo que se ha permitido ejercer históricamente a las mujeres
No hemos podido ser nosotras mismas, pues no estaba contemplado que pudiéramos salirnos de la norma: esposa, madre o monja. Solo existían estas tres posibilidades. Si no podíamos encajar en uno de los tres tipos, estábamos perdidas.
Debemos saber, pero que nuestra naturaleza no se reduce a la esposa, madre o monja; nuestra esencia femenina va mucho más allá. No tenemos por qué ser esposas y tampoco tenemos por qué ser madres y tampoco tenemos por qué ser monjas.
Afrodita, Atenea, Artemisa, Hestia, Hera, Démeter y Perséfone nos enseñarán cómo son para enseñarnos cómo somos.
Continuará…